La Primatología Panameña y su Desarrollo Desde la Creación del Canal de Panamá
Por: Pedro Méndez-Carvajal
Canopy, Vol. 6, Issue 1, Winter 2007. Journal of MSc. Primate Conservation,
Oxford Brookes University, Oxford, Reino Unido
La primatología en Panamá nació como una necesidad de explorar la fauna y flora tropical, por parte de los científicos estadounidenses, quienes valoraron la biodiversidad tropical al momento de crear el Canal de Panamá. Los estudios datan desde 1910 cuando aun no se vislumbraba el final de la construcción canalera, dada la gran batalla que se libró para abrir paso al canal, bajo lluvia y malaria en la región central de Panamá.
De esta forma, nuevas técnicas de estudio salieron a flote por parte del gobierno norteamericano, dentro de ellas, el trabajo del Dr. William Crawford Gorgas para la erradicación de la malaria, y en conjunto, el apoyo de científicos panameños en el control de la tuberculosis por el Dr. Luis de Roux. Métodos de biología médica debían utilizarse para detectar los ciclos del mosquito transmisor, y parte del resultado se realizó con colonias de monos nocturnos Aotus zonalis in vitro, en donde se empleó diferentes medicamentos y tratamientos hasta hallar algunas respuestas positivas.
Luego de la construcción del Canal de Panamá en 1914, estudiosos sobre el impacto natural de la enorme zanja, consideraron interesente el mantener cierto monitoreo de la fauna y flora tropical y aprovechando la existencia de ciertos islotes creados por el lago artificial Gatún, con las aguas del rió Chagres y sus afluentes, reconocieron rápidamente la formación de islas con potencial flora y fauna circundante. El territorio era custodiado por el gobierno estadounidense en donde este país se hacia responsable absoluto de las tierras que rodeaban el canal y de igual forma incluía total manejo de sus cuencas hidrográficas, la autoridad de ese entonces se denominaba Autoridad de la Zona Biológica del Canal de Panamá.
En 1923, después de largas negociaciones y planificación, la autoridad determinó el establecimiento de una base científica permanente en el medio del Canal de Panamá, dado la existencia de una gran cima montañosa que había quedado como último punto altitudinal (150 metros) sobresaliendo del nivel de las aguas del Canal de Panamá. La isla de Barro Colorado (BCI), denominada de esta forma por el antiguo pueblo que había quedado sumergido en la zona, fue elegida como base de investigación oficialmente y sus fundadores los investigadores Thomas Barbour y James Zetek como sus directores principales. Rápidamente el interés por el estudio de algo novedoso y ya a la mano habilitó cabañas para que investigadores innovadores de la época, viajaran a Panamá a realizar todo tipo de estudios tropicales, dentro de los cuales, los Primates no-humanos estuvieron en lista.
Dentro de los más renombrados primatólogos que visitaron Panamá desde ese fenómeno hasta nuestros días podríamos mencionar en orden cronológico, figuras como F. Chapman, C. R. Carpenter, M. Moynihan, C. Southwick, N. Collias, J. Oppenhemier, D. Chivers, R. Mittermeier, K. Milton, C. Campbell, entre otros. Los estudios más que todo han sido realizados enfocados en la parte natural y prístina de la Isla Barro Colorado, hoy considerada Monumento Natural y administrada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en mancuerna con la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).
Sin embargo pocos estudios relacionados con los monos del nuevo mundo se habrían llevado a cabo fuera de la región del Canal de Panamá, dentro de los cuales podemos mencionar los estudios de los Froehlich, los Baldwin, Milton y Mittermeier, la fundación de un Santuario de Primates en Isla Tigre (Isla adyacente a BCI), creado por Dennis Rasmussen en conjunto con la Universidad de Florida State, y la creación en Bocas del Toro de los cursos de primatología de campo dictados por personal del Instituto de Ecologia Tropical y Conservación (ITEC). Otros estudios importantes a nivel de medicina tropical y mastofauna que incluyeron en su momento trabajos con primates fueron realizados por los científicos panameños Eustorgio Méndez y Pedro Galindo.
La actividad de primatólogos visitantes también ha impactado fuerte y de forma positiva en la Universidad de Panamá y el Instituto Conmemorativo Gorgas. Aunque no hubo un vinculo oficial entre primatólogos Norteamericanos con estudiantes de la Universidad interasados en Primates, Panamá desarrollo estudios como parte del grupo “Gorgas cazadores de microbios” iniciado por Eustorgio Méndez. Este grupo de investigadores llevaron a cabo differentes estudios en el campo de la entomología, los roedores y mamíferos en general. Por estos trabajos punta de lanza en el desarrollo de la ciencia Panameña, Eustorgio Méndez fue galardonado con la Orden Manuel Amador Guerrero, un honor de prestigio en Panamá. Méndez ha sido modelo para nuevas generaciones de científicos Panameños desde sus primeros trabajos publicando la primera guía de mamíferos de Panamá, la clave taxonómica de los murciélagos de Panamá, la clave taxonómica de los roedores de Panamá y creando el Museo de Vertebrados de la Universidad de Panamá.
Pese al avance de investigaciones nacionales y extranjeras a nivel científico, los profesionales panameños fueron desarrollando pocos avances a nivel de primatología a lo largo de los años. Aun siendo Panamá un foco de atención en términos de Primatología Neotropical no existía un ente nacional que estudiara primates o mamíferos en general.
El primer panameño conciente de la necesidad de un grupo de estudiosos en primatología de Panamá fue el profesor Félix S. Nuñez, quien organizó en 1980 la Fundación Primatológica de Panamá, y la cual fuera inactivada por la falta de fondos y adherentes. Siguiendo la línea inicial de este movimiento, algunos trabajos fueron realizados para el estudio de las técnicas adaptativas en fragmentos de bosques para la especie Alouatta palliata trabeata (hoy reconocido como A. coibensis trabeata), por Carlos Brandaris. En la actualidad los estudios realizados por panameños se han enfocado en el análisis poblacional de algunas especies que ameritan protección por su estado crítico de conservación. Ejemplos de ellos podemos mencionar el del mono ardilla Saimiri oerstedii oerstedii, cuya subespecie es endémica y se reduce a distribución peninsular en Burica, Golfo de la provincia de Chiriquí. Los dos primeros trabajos fueron realizados por los profesores e investigadores Jacobo Araúz y Ariel Rodríguez de la Universidad de Panamá en las décadas de 1980’s y 1990’s.
Hasta el 2000, no habia existido ningún proyecto a largo plazo establecido por un panameño, hasta que se iniciara en el año 2001 el conteo poblacional de los monos endémicos de Azuero. Las metas del proyecto se enfocarían en la conservación de dos taxas de Primates Alouatta coibensis trabeata y Ateles geoffroyi azuerensis, ambos clasificados como en Pelígro Crítico de Extinción. El Proyecto Pro-Conservación de los Primates Endémicos de Azuero ha sido apoyado por diferentes organizaciones tales como Primate Conservation Inc., Idea Wild, Ford Motor Company, Panatex, Advantage Tour Panama y de científicos internacionales como Robert Horwich, Noel Rowe, Anthony Rylands, Liliana Cortes-Ortiz, Juan Carlos Serio Silva, Katharine Milton, Anna Nekaris, Corri Waitt, Robert Horsburgh, Tom Webber, David Reed, y Sean Kelly.
El gran paso para la primatología de Panamá se ha dado recientemente con la oportunidad por un panameño de culminar sus estudios de Maestría en Ciencias en Conservación de Primates, en la Universidad de Oxford Brookes, del Reino Unido. Esto puede ser considerado un gran paso dada la falta de biólogos panameños especializados en primatología, y al mismo tiempo dada la urgente necesidad de cuidar de las subespecies de Primates residentes en Panamá. El movimiento revolucionario de Panamá desde 2000* podría considerarse como “el bostezo de la S acostada” asegurando un prometedor futuro en el avance primatológico para Panamá y el despertar de una diciplina dormida a traves del tiempo para nuestro país.
*Al menos así fue comentada la participación de Panamá por el famoso primatólogo colombiano Jorge Hernández Camacho (mono Hernández q.p.d.), quien hiciera una breve recopilación de eventos de primatología en Centro y Sur América en el 1er Congreso de Primates del Nuevo Mundo en Bogotá, Colombia, Junio 14 de 2001.
De esta forma, nuevas técnicas de estudio salieron a flote por parte del gobierno norteamericano, dentro de ellas, el trabajo del Dr. William Crawford Gorgas para la erradicación de la malaria, y en conjunto, el apoyo de científicos panameños en el control de la tuberculosis por el Dr. Luis de Roux. Métodos de biología médica debían utilizarse para detectar los ciclos del mosquito transmisor, y parte del resultado se realizó con colonias de monos nocturnos Aotus zonalis in vitro, en donde se empleó diferentes medicamentos y tratamientos hasta hallar algunas respuestas positivas.
Luego de la construcción del Canal de Panamá en 1914, estudiosos sobre el impacto natural de la enorme zanja, consideraron interesente el mantener cierto monitoreo de la fauna y flora tropical y aprovechando la existencia de ciertos islotes creados por el lago artificial Gatún, con las aguas del rió Chagres y sus afluentes, reconocieron rápidamente la formación de islas con potencial flora y fauna circundante. El territorio era custodiado por el gobierno estadounidense en donde este país se hacia responsable absoluto de las tierras que rodeaban el canal y de igual forma incluía total manejo de sus cuencas hidrográficas, la autoridad de ese entonces se denominaba Autoridad de la Zona Biológica del Canal de Panamá.
En 1923, después de largas negociaciones y planificación, la autoridad determinó el establecimiento de una base científica permanente en el medio del Canal de Panamá, dado la existencia de una gran cima montañosa que había quedado como último punto altitudinal (150 metros) sobresaliendo del nivel de las aguas del Canal de Panamá. La isla de Barro Colorado (BCI), denominada de esta forma por el antiguo pueblo que había quedado sumergido en la zona, fue elegida como base de investigación oficialmente y sus fundadores los investigadores Thomas Barbour y James Zetek como sus directores principales. Rápidamente el interés por el estudio de algo novedoso y ya a la mano habilitó cabañas para que investigadores innovadores de la época, viajaran a Panamá a realizar todo tipo de estudios tropicales, dentro de los cuales, los Primates no-humanos estuvieron en lista.
Dentro de los más renombrados primatólogos que visitaron Panamá desde ese fenómeno hasta nuestros días podríamos mencionar en orden cronológico, figuras como F. Chapman, C. R. Carpenter, M. Moynihan, C. Southwick, N. Collias, J. Oppenhemier, D. Chivers, R. Mittermeier, K. Milton, C. Campbell, entre otros. Los estudios más que todo han sido realizados enfocados en la parte natural y prístina de la Isla Barro Colorado, hoy considerada Monumento Natural y administrada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en mancuerna con la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).
Sin embargo pocos estudios relacionados con los monos del nuevo mundo se habrían llevado a cabo fuera de la región del Canal de Panamá, dentro de los cuales podemos mencionar los estudios de los Froehlich, los Baldwin, Milton y Mittermeier, la fundación de un Santuario de Primates en Isla Tigre (Isla adyacente a BCI), creado por Dennis Rasmussen en conjunto con la Universidad de Florida State, y la creación en Bocas del Toro de los cursos de primatología de campo dictados por personal del Instituto de Ecologia Tropical y Conservación (ITEC). Otros estudios importantes a nivel de medicina tropical y mastofauna que incluyeron en su momento trabajos con primates fueron realizados por los científicos panameños Eustorgio Méndez y Pedro Galindo.
La actividad de primatólogos visitantes también ha impactado fuerte y de forma positiva en la Universidad de Panamá y el Instituto Conmemorativo Gorgas. Aunque no hubo un vinculo oficial entre primatólogos Norteamericanos con estudiantes de la Universidad interasados en Primates, Panamá desarrollo estudios como parte del grupo “Gorgas cazadores de microbios” iniciado por Eustorgio Méndez. Este grupo de investigadores llevaron a cabo differentes estudios en el campo de la entomología, los roedores y mamíferos en general. Por estos trabajos punta de lanza en el desarrollo de la ciencia Panameña, Eustorgio Méndez fue galardonado con la Orden Manuel Amador Guerrero, un honor de prestigio en Panamá. Méndez ha sido modelo para nuevas generaciones de científicos Panameños desde sus primeros trabajos publicando la primera guía de mamíferos de Panamá, la clave taxonómica de los murciélagos de Panamá, la clave taxonómica de los roedores de Panamá y creando el Museo de Vertebrados de la Universidad de Panamá.
Pese al avance de investigaciones nacionales y extranjeras a nivel científico, los profesionales panameños fueron desarrollando pocos avances a nivel de primatología a lo largo de los años. Aun siendo Panamá un foco de atención en términos de Primatología Neotropical no existía un ente nacional que estudiara primates o mamíferos en general.
El primer panameño conciente de la necesidad de un grupo de estudiosos en primatología de Panamá fue el profesor Félix S. Nuñez, quien organizó en 1980 la Fundación Primatológica de Panamá, y la cual fuera inactivada por la falta de fondos y adherentes. Siguiendo la línea inicial de este movimiento, algunos trabajos fueron realizados para el estudio de las técnicas adaptativas en fragmentos de bosques para la especie Alouatta palliata trabeata (hoy reconocido como A. coibensis trabeata), por Carlos Brandaris. En la actualidad los estudios realizados por panameños se han enfocado en el análisis poblacional de algunas especies que ameritan protección por su estado crítico de conservación. Ejemplos de ellos podemos mencionar el del mono ardilla Saimiri oerstedii oerstedii, cuya subespecie es endémica y se reduce a distribución peninsular en Burica, Golfo de la provincia de Chiriquí. Los dos primeros trabajos fueron realizados por los profesores e investigadores Jacobo Araúz y Ariel Rodríguez de la Universidad de Panamá en las décadas de 1980’s y 1990’s.
Hasta el 2000, no habia existido ningún proyecto a largo plazo establecido por un panameño, hasta que se iniciara en el año 2001 el conteo poblacional de los monos endémicos de Azuero. Las metas del proyecto se enfocarían en la conservación de dos taxas de Primates Alouatta coibensis trabeata y Ateles geoffroyi azuerensis, ambos clasificados como en Pelígro Crítico de Extinción. El Proyecto Pro-Conservación de los Primates Endémicos de Azuero ha sido apoyado por diferentes organizaciones tales como Primate Conservation Inc., Idea Wild, Ford Motor Company, Panatex, Advantage Tour Panama y de científicos internacionales como Robert Horwich, Noel Rowe, Anthony Rylands, Liliana Cortes-Ortiz, Juan Carlos Serio Silva, Katharine Milton, Anna Nekaris, Corri Waitt, Robert Horsburgh, Tom Webber, David Reed, y Sean Kelly.
El gran paso para la primatología de Panamá se ha dado recientemente con la oportunidad por un panameño de culminar sus estudios de Maestría en Ciencias en Conservación de Primates, en la Universidad de Oxford Brookes, del Reino Unido. Esto puede ser considerado un gran paso dada la falta de biólogos panameños especializados en primatología, y al mismo tiempo dada la urgente necesidad de cuidar de las subespecies de Primates residentes en Panamá. El movimiento revolucionario de Panamá desde 2000* podría considerarse como “el bostezo de la S acostada” asegurando un prometedor futuro en el avance primatológico para Panamá y el despertar de una diciplina dormida a traves del tiempo para nuestro país.
*Al menos así fue comentada la participación de Panamá por el famoso primatólogo colombiano Jorge Hernández Camacho (mono Hernández q.p.d.), quien hiciera una breve recopilación de eventos de primatología en Centro y Sur América en el 1er Congreso de Primates del Nuevo Mundo en Bogotá, Colombia, Junio 14 de 2001.